PRIMER CONCURSO DE RELATOS Y CUENTOS CORTOS
Comenzaron a reunirse periódicamente a leer y escribir historias, formando una asociación literaria juvenil: con mucho empeño, motivación y perseverancia, llevaban libros escritos por ellos casa por casa en donde había un estudiante regalándoselos con la propuesta de que luego de leerlos, escribieran la historia contraria por más ridícula que sonara; pagándoles cierta suma de dinero por hacerlo y otra más alt si estaba bien hecho (sí, de alguna manera había que incentivar a los chicos de hoy, conociendo la realidad actual y aprovechando que le sobraban los recursos económicos) Para grata sorpresa, la mayoría se prendió a la idea y al leer libros sin darse cuenta enriquecieron su vocabulario, se formaron mejor como personas, definieron sus gustos y comenzaron a ser mejores escritores y alumnos.
Los efectos empezaron a notarse más y asociaciones grandes se interesaron por estos jóvenes: muchas empresas se fusionaron como ellos formando una mega empresa llamada "El imperio del libro" que se hizo famosa y tuvo mucho éxito promoviendo la lectura y escritura de distintas maneras a jóvenes y también a adultos, que poco a poco fueron interesándose por lo libros y demandando cada vez menos dinero hasta llegar a pagar ellos por los libros (siempre que podían) ayudando a esta mega empresa. El país estaba muy orgulloso de lo logrado por un simple joven pueblerino con un recurso tan simple y a la vez tan rico como lo es un libro.
Al ver esto y sumado a la culpa y arrepentimiento, los compañeros de Manuel y arrepentimiento, los compañeros de Manuel le pidieron perdón por haberse burlado y él aceptó sus disculpas, sin rencor alguno: había logrado, después de todo, cumplir el sueño de mostrarse como es y brindar sus talentos, así como también terminó el secundario y dedicó toda su vida a escribir como presidente de "El imperio del libro". Paulatinamente los libros ganaron mucha más importancia que antes, el nivel de educación y producción literaria adolescente subió tanto que superó el doble de los índices esperados en la década, solo por iniciativa de aquel chico que pensando en los demás no logró cambiar el mundo pero sí su provincia y poco a poco su país.
La tecnología y los libros no está enfrentados, sino que van de la mano. Sin la primera, Manuel no habría logrado contactar a personas en su misma situación y sin los libros no habría adquirido vocabulario, ideas para volcarlas en obras literarias con las cuales pudo modificar una realidad juvenil que parecía tan arraigada e imposible de combatir como también solidarias.
"Por que leer es combatir la ignorancia. es soñar, imaginar proyectar, aprender y abrirse al mundo. Y porque un libro es vid, juventud, inspiración y futuro."
Bases del Concurso
Tema
El tema del 1º Concurso de Relatos y Cuentos Cortos es “Los libros” y el único límite está librado, solamente, a la creatividad del participante.
Pueden participar todas las personas que lo deseen, cualquiera sea su nacionalidad y su edad.
Los trabajos deberán ser originales e inéditos, no publicadas en ningún tipo de formato ni total ni parcialmente (incluido Internet), no premiadas o pendientes de fallo en otros concursos o a la espera de respuesta en un proceso editorial.
Lugar y plazo de presentación de los trabajos
El plazo de presentación de las obras se cerrará el viernes 5 de setiembre de 2014. Después de esta fecha ningún trabajo será aceptado.
- Los datos del autor en sobre separado con el seudónimo elegido. Dentro del mismo se agregarán los siguientes datos: título del cuento, nombre y apellido del/de la autor/a, fecha de nacimiento, Nº de DNI, domicilio, teléfono y, en caso de poseer, dirección de correo electrónico.
Ganadores del Segundo Concurso de Relatos y Cuentos Cortos
Lápiz Rojo: "Mi barrio" Jardín Gral. José de san Martín
Lápiz Azul: "Manos a la obra" de Juan Ignacio Ponce Filippa
"Tienda tenebrosa" de Emma Ojeda Guzmán
Lápiz Amarillo: "La noche de la luna roja" de María Emilia Della Mea
" La leyenda de la laguna" de Valentina Picco
Lápiz Verde: " Pueblo Fantasma" de Octavio Ruggeri
"Los amantes" de Sofía Marconi
Lápiz Naranja: "El patio de la abuela" de Evangelina Ferrero
"MI BARRIO"
Nuestro barrio sur es muy grande y decidimos junto a la seño salir a recorrerlo.
Caminamos por sus anchas calles de tierra, con cuidado porque los autos y muchas motos también circulasn por ellas.
Pero una característica de este barrio es caminar por las calles y no por las veredas.
También nos encontramos con sitios baldíos donde hay perros que quieren jugar con nosotros y algunos caballos comiendo pasto. Es muy común ver estos y otros animales en el barrio.
Llegamos al lugar más importante para nosotros, nuestro jardín ¡San Martín, San Martín! (como siempre cantamos cuando nos vamos a casa) por que allí aprendemos jugando, desayunamos y sobre todo compartimos momentos muy lindos y otros no tanto (berrinches, enojos, miedos) pero sabemos que siempre están las seños para abrazarnos y nuestros amigos para acompañarnos.
Nuestros vecinos son los chicos de la escuela grande ¡los de guardapolvo blanco! Con los que sabemos compartir charlas, algunos caramelos o frutas que nuestros hermanos o amigos nos pasan por el tejido cuando salimos al patio y ¿saben qué? su escuela se llama como nuestro jardín "Gral. José de San Martín"
Continuamos caminando y llegamos a la "Plaza 25 de Mayo", es hermosa, tiene un gran mástil en el medio,mucho verde, flores, juegos y dos monumentos: Malvinas y Manuel Belgrano.
Siempre, los fines de semana, nos reunimos allí con nuestras familias o amigos y mientras los grandes toman mates, nosotros corremos, jugamos, damos vueltas en bici, en fin, nos divertimos.
También en nuestro barrio tenemos la policía, el hospital, una farmacia, la gomería del Richard, que siempre nos arregla las pinchaduras de la bici y muchos negocios de gente conocida que nos saludan cuando pasamos por ahí o vamos a comprar.
Y así es nuestro barrio sur, cada vez más grande, lindo, con gente simpática, vecinos que siempre saludan y están dispuestos a ayudar.
Qué lindo es vivir en Ucacha y en el barrio sur pero lo más lindo es venir todos los días al jardín.
"MANOS A LA OBRA"
En un pueblo muy chiquito hay una plaza, que se llama Plaza del Avión.
Una vez, a la noche, una de las cuatro hamacas comenzó a moverse muy fuerte, este rumor fue pasando de boca en boca entre los vecinos hasta llegar a enterarse todo el pueblo.
Un grupo de chicos de tercer grado, una noche, se escondieron detrás de un árbol esperando hasta las 3 de la madrugada y pudieron ver cómo la hamaca comenzó a moverse sin que nadie la estuviese usando.
Los chicos asustados corrieron cada uno a su casa, contaron a sus padres lo que vieron. Los padres los escucharon atentamente y fue así que se pusieron manos a la obra a limpiar la placita, pintar las hamacas, colocaron más juegos y un día invitaron a todos los chicos del pueblo a hacer un pic nic.
Desde ese día la hamaca no se movió más, quizás llamaba la atención porque la plaza estaba muy abandonada.
Hoy, en ella, juegan muy felices un montón de niños.
Juan Ignacio Ponce Filippa
"TIENDA TENEBROSA"
Había una chica llamada María Victoria, ella vivía en un pueblo muy chiquito. Siempre jugaban con sus amigas en la plaza y también iban a hacer compras.
Un día fueron a la tienda del barrio, pero cuando entraron se asustaron mucho porque había arañas, monstruos y brujas colgadas desde las estanterías.
Antes de que dieran un paso más, Juan, el hijo del dueño vestido de dragón, los asustó más de lo que estaban. Pero dijo: - ¡Hola! Bienvenidas a mi cumple.
Carla titubeando respondió: -¡Ah! es tu cumpleaños. Por eso la tienda se ve tan tenebrosa, la temática era asustar a los clientes de tu papá.
Juan, sonriendo debajo de su disfraz gritó: - ¡Lo logré!. La idea era convertir la tienda de papá en la Tienda Tenebrosa del barrio.
Fue así que las niñas corrieron en busca de un disfraz para festejar el cumple de Juan y a cada cliente que entraba lo asustaban.
Desde ese día, todos los años María Victoria y sus amigas iban y festejaban el cumple de Juan adornando la tienda como una Tienda Tenebrosa.
Emma Ojeda Guzman
"La noche de la luna roja"
En un pueblo llamado "Ucacha" pasan cosas muy raras, como aquel día en que se cayó un vaso sin que nadie lo tocara o cuando ves monstruos caminando por las noches, ¡son horribles! dientudos, peludos, con largas orejas y lo peor es que cuando los ves te recorre un escalofrío por todo el cuerpo. Pero hoy no hablaremos de monstruos sino de lo que me pasó una de esas noches en aquel pueblo.
Para comenzar a contar la historia deberán saber dónde ocurrió aquel suceso, fue en mi casa.
Ahora que tienen una idea de la casa en la que ocurrió, comenzaré a contarles.
Aquella noche volvíamos de dar una vuelta por el centro y visitar a los artesanos. Yo me había comprado algunas cosas; cuando llegamos a casa nos alistamos para dormir y puse mis cosas arriba de la cucheta en la que dormía. Estaba a punto de dormirme y escucho a mi hermana decir:
- ¿Qué haces?- me preguntó y no sabía a lo que se refería, luego me dijo:
- ¿Por qué te subis arriba de la cucheta?
- ¿Qué? ¡Yo no me subí allí! - le respondí.
- Debió ser una alucinación, dijo, y se durmió. Yo estaba aterrada, el hecho de saber que podía haber algo arriba mío me asustaba; pasó un rato y no me pude dormir, mientras estaba boca arriba en mi cama vi unos ojos, ¡salté de la cama! y vi una niña pálida con ojos y pelos negros, desordenados. Me asusté mucho y salí corriendo mientras eso me perseguía. Pasé por el pasillo, luego al living y de ahí al patio. Miré hacia arriba y la luna era roja, voltée y era ella, la pequeña niña, estaba en la puerta con una sonrisa de punta a punta ¡yo estaba aterrada! De pronto escuché a mi perro que le ladraba, fue justo ahí que las luces de la casa se prendieron ¡eran mis padres que venían a ver por qué ladraba el perro!
La niña desapareció en un instante, mis padres venían hacia mi, preocupados y me preguntaron qué había pasado, por qué estaba allí. Cuando se los conté no me creyeron y me mandaron a dormir.
Desde aquel día tengo miedo a lo que este pueblo me pueda estar preparando para un futuro cercano... los monstruos y espíritus que habitan en él, estoy segura...
¡Ahh! y me olvidaba contarles que ahora duermo con una muñeca para sentirme más segura durante las noches.
Emilia Della Mea
“La leyenda de la laguna“
En aquel pueblo hace mucho tiempo vivía el joven llamado Racay, uno que se había enamorado perdidamente de la joven Mayne, la hija del cacique.
Una peste invadió la tribu y Mayne enfermó gravemente, todos decían que moriría ya que no estaba en ese lugar la cura milagrosa que la salvaría.
El cacique pidió ayuda a los hombres de la tribu para conseguirla…
El único que se ofreció fue Racay. Este caminó horas y horas, cuando él ya se sentía mal, cansado, hambriento, se arrodilló en frente de un amplio pozo y le rogó a los dioses Ucuchas conseguir la cura para su amada, ellos accedieron, pero pusieron su condición, que Racay aceptó, ése sería su último día con vida.
Murió, lentamente se desvanecía y sus lágrimas de amor formaron una laguna con el agua curativa que necesitaba Mayne para seguir con vida.
Cuenta la gente del pueblo que así nació la bella laguna que se encuentra en el Club Alas Coloradas.
Valentina Picco
Pueblo fantasma
Soy Emma Erm, detective policial. Vengo a contar el caso “Pueblo Fantasma”. Era casi empezando primavera cuando mis superiores me dieron a investigar y resolver un caso de suma importancia, resolver ese caso podría cambiar mi vida y la de mi hijo. Los datos principales eran que el pueblo estaba sin población, sin servicios y sin comunicación con pueblo vecinos. En las últimas tres semanas se habían reportado cuatro casos de familias que iban de viaje y se hospedaron en ese pueblo, los testimonios relataban que había mujeres y niños habitando casas abandonadas y mataban animales salvajes que se acercaban al pueblo. Si el pueblo no tenía población, servicios y comunicación alguna se me daba la hipótesis de que podían llegar a ser familias nómades que estaban cerca y al encontrar ese pueblo vacío lo decidieron ocupar. ¿Todo bien hasta ahí no? Bueno, aquí va lo raro. Las familias nómades de un día para el otro desaparecieron. Solo había un cartel pintado en medio de la plaza con sangre diciendo “No vengan si no saben lo que ocurre, a menos que la luna despierte y el sol la encuentre.” A mí ver era muy metafórico, me quedaba por pensar que era un grupo de locos sueltos que estaban de pasada y decidieron hacer estragos en ese lugar que a veces puede llegar a dar miedo con solo saber que está ubicado ahí.
Ya para la noche estaba muy cansada de tanta investigación, pero todo lo que me quedaba era peor. Mañana muy temprano tendré que partir hacia ese pueblo, planeaba dejar a mi hijo con mi amiga Nora por unas semanas o meses, no sé muy bien cuando volveré. Arropé a mi hijo, rezamos juntos como todas las noches y le prometí volver antes de su cumpleaños, el cual era en dos meses. Al llegar al pasillo tuve un mareo, el piso se movía, las paredes me miraban y las puertas susurraban, estaba tan aturdida que no podía escuchar lo que decían. Me arrastré hasta mi cama y al recostarme en ella un fuerte zumbido en mis oídos sonó. Era muy intenso que hasta se me habían entumecido las piernas, estuve así por seis minutos o hasta que me dormí. Me desperté eran las 06:45a.m. Quería quedarme aunque fuera una hora más durmiendo pero debía llevar a mi hijo a lo de Nora e ir a ese maldito pueblo fantasma, ya lo estaba odiando. Dejé a Martín en lo de mi amiga y empecé mi viaje, un viaje infernal. El pueblo estaba a dos horas de Counterville, la ciudad en la que vivo, iba a ser un viaje no tan cansador pero si quizás abrumador ya que había unas nubes sobrecargadas de lluvia. Veamos si dios me quiere mucho o no.
Llevaba seis horas viajando y todavía no había encontrado el pueblo. Lo único que veía era carretera y más carretera, me estaba preocupando bastante, me había adentrado al ojo de la tormenta, los refucilos hacían que el cielo sea blanco y los truenos eran sumamente ruidosos, pegaban estampidas que dejaban negro el suelo. Estuve dos horas más manejando cuando un rayo impactó a unos dos kilómetros de mi ubicación y apareció una antena de comunicaciones, una muy alta y muy brillosa. No había señal por esa zona, entonces ¿por qué habría una antena en mitad de la nada funcionando, siendo que era imposible comunicarse por esa zona? ¿Acaso hay un pueblo cerca? Estaba tan sorprendida que por un momento pensé que estaba soñando hasta que vi el pueblo, lo que tanto estuve buscando por ocho malditas horas apareció frente mío por un rayo. Si hubiera sabido me traía un llama rayos y lo usaba. A ver, que digamos el pueblo en muy buenas condiciones no estaba, no era el lugar ideal para venir a hospedarte con tu familia pero tenía un cierto tipo de aire motivador, era tranquilizante. Prefería irme a Miami antes que esperar a que caiga un rayo para encontrar este pueblo. Analicé el pueblo y me pregunté seriamente: ¿Tendrá algún tipo de nombre? No había visto ningún cartel cuando estaba llegando, solo vi la antena que de hecho estaba… ¿Y la antena? ¡¿A dónde había ido la antena que apareció en frente mío?! Debía haber estado alucinando, aunque había un problema, no había traído mis pastillas. Sin la medicación no podía estar mucho tiempo allí. A menos que de la nada apareciera una farmacia y vendiera esas pastillas. Principalmente lo que tenía que encontrar era un lugar para poder dormir, de hecho lo necesitaba. Estaba realmente cansada después de esas ocho frustrantes horas de viaje. Hice doscientos metros cuando en un abrir y cerrar de ojos me había topado con la plaza, obviamente todavía seguía el cartel pintado con sangre, lo analicé y me dio escalofríos, la sangre por lo menos no parecía humana pero aun así era tétrico. Alrededor de la plaza había negocios, una iglesia y casas de dos pisos, obviamente todo estaba vacío y al punto de casi desmoronarse. Yo soy muy católica por lo que decidí adentrarme a esa tétrica y oscura iglesia, quizás si rezaba un poco me iba a sentir acompañada, aunque no lo viera solo necesitaba la sensación de que no estaba sola. Había una vela tirada, era nueva y nunca había sido prendida. No sé para qué la agarré si no tenía ningún encendedor. La mantuve en mi mano por si acaso. Empecé a rezar hasta que un fuerte viento empezó a levantarse, entonces decidí rezar más fuerte y rápido. Terminé la oración, dije “Amén” y todo se calmó. Decidí seguir buscando un refugio. Ya a pocos pasos de la puerta de la iglesia escuché una voz, tenue, pero había escuchado claramente “¿Por qué no rezas un poco más?”. Decidí detenerme, armarme de coraje y responder: “¡Muéstrate!”. Las puertas de la iglesia se cerraron en mi cara y todas las velas se encendieron, menos la que tenía en la mano. Me asusté demasiado por lo cual tiré la vela en mi mano y… se encendió. En un abrir y cerrar de ojos, apareció un niño.
- ¿Por qué tiras lo que te protege?- dijo el niño con voz ronca.
- ¿Quién eres y que haces aquí? ¿Dónde están tus padres?- levanté mi cabeza para ver su cara, oculta por una sombra.
- ¿Ya te olvidaste de mí?- encogió sus hombros y despareció.
¿Qué había pasado? ¿Tenía alguna explicación eso? Pues yo no le encontraba ni lógica. Además. ¿Se suponía que conocía a un niño con una sombra en la cara? Tenía problemas mentales pero no eran tan graves como para llegar al grado de hablar con un muerto, o bueno, eso parecía. Las puertas de la iglesia se abrieron y no lo pensé ni dos segundos, me quería ir de inmediato. Ya era de noche. Encendí mi linterna y empecé a buscar mi camioneta. Estuve caminando por horas y no la encontraba. Me empecé a desesperar, necesitaba mi medicación de inmediato. Era en lo único que pensaba, no tenía cabeza para pensar en ninguna otra cosa. Seguí caminando hasta el punto de arrastrarme, hasta que me topé con un callejón sin salida pero el callejón era raro, de hecho éste tenía una luz verde muy brillante al fondo. Decidí seguirla para entonces llegar a ella y encontrarme una farmacia. Suponía que no había ninguna farmacéutica atendiendo por lo que revisé mis bolsillos en busca de mis lentes para ir leyendo el manual de remedios, si no estaban mis medicamentos al menos algo similar habría. Revisé mi bolsillo derecho interior de la campera y encontré un papelito. Era de Martín. “Ma, cuídate mucho y espero que vuelvas para mi cumple, no olvides tu medicación. Te guardé unas pastillas en la guantera del auto. Te quiero mucho. No me olvides nunca.” Por un lado estaba feliz de que mi hijo se haya acordado de mí y se haya preocupado lo suficiente como para dejarme unas píldoras en la guantera, pero lo último. Era raro ¿Por qué él diría eso? Yo nunca me había olvidado de él, ni en la salida de la escuela. En todo momento, hasta en los más extremos, solo pensaba que si completaba mis misiones lo podría volver a ver. Al lado del papel estaban mis lentes. Me los puse y empecé a buscar. Deseaba con toda mi alma que este pueblo fantasma al menos tuviera una farmacéutica o un médico, me hubiera facilitado bastante el trabajo de buscar. Terminé de leer el manual y alguien tocó mi espalda.
- ¿La puedo ayudar en algo señora?- dijo con voz encantadora y una sonrisa de oreja a oreja.
- ¿Trabajas aquí?- me dí vuelta para ver su rostro.
- Sí. Soy Ana. ¿No me recuerdas Emma?- ladeó su cabeza y siguió sonriendo.
- ¿Ana? ¿No estabas muerta? Vi tu cuerpo en la morgue. De hecho cerré tu caso hace un mes-.
Justamente estaba pensando en ella. Ana era mi vecina. Habían pasado tres años de que ella se había recibido de farmacéutica. Hacía dos semanas que había entrado a trabajar en una farmacia del centro. Tuvo la mala suerte de haber atendido un criminal que buscaba metanfetamina. Era un criminal buscado, se drogaba y mataba. En el último mes había matado cinco señoritas y dieciséis niños. Su método era esperar que salieran del colegio, facultad o trabajo. Secuestrarlos, llenar de químicos los cuerpos (hasta deformarlos) y luego enterrarlos en el patio de su vecino. Ana por motivos legales le respondió que no podía venderle ese tipo de cosas a un ciudadano. El criminal al ya estar drogado obviamente no reaccionó de la mejor forma. La encontramos muerta a las afueras de Counterville. Yo misma estuve presente en su autopsia y vi su cuerpo todo deformado. En algunas partes solo quedaban huesos. Nada de piel.
- ¿Tan rápido te olvidas de tus amigas? Seguramente no tomaste tu medicación. La necesitas. ¿Verdad?- pregunta Ana con voz aterradora.
- No Ana. No es lo que crees. Estoy teniendo alucinaciones, seguramente no eres real.- dije fingiendo una sonrisa.
- No sabes mentir. Martín tenía razón. Ya nos olvidaste.- dijo con lágrimas de sangre cayendo de sus vasos sanguíneos oculares.
En ese punto ya me daba por muerta. No me había percatado que Ana no tenía ojos, sino cuencas oscuras. Muy profundas. Las luces empezaron a parpadear. Mi corazón se salía por mi boca. No podía moverme, tampoco hablar.
Recordé el día en que Martín nació. Yo había entrado en labor de parto. Vivía sola, no tenía esposo ni padres. Había un hospital a unas cinco cuadras. Cuando llegué al hospital no había nadie. El pasillo era extenso y oscuro pero había algo al final. Una luz. Al llegar a ella había una silla de ruedas. Me senté en ella y empecé a gritar hasta que un médico aprendiz que estaba de guardia me escuchó y ayudó.
Hasta el día de hoy me sigo preguntando ¿Por qué pensé justamente en eso? Fue la peor decisión que pude haber tomado en ese momento que era de vida o muerte. Mi panza empezó a inflarse, me dolía la espalda y sentía que me desgarraba. No tenía la opción de escapar por lo que empecé a gritar, muy fuerte. Ana se asustó demasiado y desapareció. Yo no aguantaba el dolor hasta que las luces se normalizaron y apareció un bebé en el suelo. Para ese entonces con la aparición del bebé, mi tremenda panza de embarazada había desaparecido. Tomé el bebé en brazos y lo llamé Simón. El bebé no gritaba, su cuerpo estaba frío. Por lo tanto lo di por muerto. Lo envolví en una bolsa que había sobre el mostrador y lo dejé en la bodega de la farmacia.
En ese momento mi nueva misión era encontrar mi camioneta, tomar mis pastillas e irme de ese horrible lugar. Por un extraño motivo todos los sucesos hicieron que no necesitara mi medicación era como si me hubieran tranquilizado. Esos sucesos solo me traían pesadillas y malos recuerdos del caso “691”. En simples palabras. En un pueblo muy alegre, lleno de niños y adultos hasta que un loco se escapó de una cárcel, cercana al pueblo, y asesinó a casi todos. Salí de la farmacia con mi nueva misión en mente y tomé camino rumbo a la plaza. Todavía seguía oscuro por lo que tuve que encender mi linterna nuevamente. Al llegar a la plaza vi niños jugando al fútbol. Esta vez los niños tenían rostros. Me acerqué y les pregunté:
- Niños ¿Qué hacen tan tarde jugando en la plaza?
Los niños se rieron y empezaron a susurrar entre ellos. Hasta que un rubio, al parecer el líder de todos, se acercó hacía mí.
- Señora ¿Usted está bien de la cabeza?- dijo vacilante.
- Sí ¿Por qué lo preguntas?- dije muy enojada.
- Es de día. Levante su cabeza y verá que la luna ya despertó y el sol ya la encontró.
Esa frase. Era la del cartel.
Octavio Ruggeri
Los amantes
Cómo bien se sabe, todas las cosas que inician van a tener un final en algún punto de la vida. Pero hay ciertas excepciones en las que el universo decide ser gentil al ver que no merecen terminar, por ejemplo, la historia de los amantes del pueblo.
Ellos eran simples jóvenes que disfrutaban de lo que normalmente llaman, la mejor etapa de sus vidas. Jóvenes que anhelaban confesar al mundo el amor que emanaba de sus cuerpos a cada segundo que veían al contrario, pero al mismo tiempo, sus corazones y sus mentes les traicionaban al generarles el temor del que dirían las personas del pueblo si se llegaba a saber ese amorío privado y secreto que mantenían, tratando día a día de ser lo menos obvios que les fuera posible en los tiempos en los que debían estar juntos.
Su amor era algo que debía estar prohibido a la vista de varias personas, y para muchas otras era algo que debía celebrarse sin miedo o vergüenza alguna ya que era algo realmente hermoso, esas personas eran las que les daban pequeños alientos para que su amor pudiera ser confesado al resto. Pero a pesar de eso, sus corazones se mantenían aterrados de los prejuicios que había sobre su estilo de amar, el cual a pesar de ser muy bello, era también uno de los más juzgados.
Solo las calles del pueblo eran testigos del cariño que había entre ambos, puesto que solo podían amarse cuando las personas no miraban. A pesar de que estaban conscientes de que el día en que ya no lo podrían ocultar ni un segundo más llegaría de una vez por todas, trataban de que se retrasara lo máximo que fuera posible.
Ante los ojos de la comunidad eran simples amigos, pero nadie sabía de lo que eran testigos las estrellas y la luna cada noche, nadie conocía el amor que se expresaban mutuamente de forma secreta día a día y noche a noche. Eran varias los momentos en los que el cielo lloraba para ocultar el sufrimiento de ambos amantes que era producido por tener que ocultar una de las cosas que más felices los hacía, el amor mutuo que se tenían. Pero aunque no negaban que el tener que ocultarlo se les hacía muy complicado, ellos disfrutaban de cada segundo que podían pasar juntos como si este fuera el último que se les fuera a permitir, después de todo, eran jóvenes que deseaban expresar libremente y sin temor el amor que mantenían con su pareja, no había mucho que se les pudiera decir más que admirar el amor tan profundo que gozaban y disfrutaban.
Y aunque eran pocos los que sabían de este romance oculto, la verdadera pregunta es ¿cómo fue que tanto tiempo de afecto y cariño, se arruinó en un período tan corto de tiempo? ¿Qué fue lo qué sucedió para que tal amor se diera a conocer de una forma tan grotesca y abrupta como sucedió con ellos?
Para comenzar a desarrollar este relato de forma correcta se debería de contar todo desde el inicio, es decir, desde que ambos cruzaron la primera palabra.
Ambos se encontraban en la fiesta de cumpleaños de una de sus compañeras de la escuela, ambos eran amigos de la cumpleañera aunque pertenecían a distintos grupos de amigos, por lo que sería la primera vez que se verían, y presentándose de la mejor forma posible, iniciaron la primera de muchas conversaciones que les esperarían.
- Hola. –dijo con una pequeña sonrisa él.-
- Hola. –Mencionó ella, sonriendo de la misma forma.-
- ¿Tú nombre es?
- Crystal ¿el tuyo?
- Daniel, es un placer conocerte.
- Dijo lo mismo, he oído un par de cosas de ti.
Y así con una sonrisa burlona en el rostro de ella y una leve risa por parte de él, fue como inició la primera conversación antes mencionada, pero, con el detalle de que la cumpleañera se encontraba a pocos metros de distancia con una gran sonrisa surcando su rostro mientras que se encontraba estallando de felicidad por el ansiado encuentro de dos de sus amigos, que finalmente se había concretado. A cierto punto de la fiesta decidieron marcharse para poder hablar de una forma más amena y sin tantas interrupciones como las estaban teniendo en ese lugar, luego de que transcurrieran pocos minutos ellos ya se encontraban en la plaza central del pueblo, agradecían que las calles y la plaza estuvieran poco transitadas, estaban acostumbrados a que en el pueblo los chismes surgieran demasiado rápido cuando simplemente de dos personas caminando juntas se trataba. Mantuvieron una cálida conversación por un par de largas horas que para ellos fueron apenas cortos minutos, habían disfrutado tanto la compañía del otro que no notaron que el tiempo estaba transcurriendo de forma veloz. Debido a que no faltaba mucho tiempo para que el sol comenzara a iluminar las calles con sus rayos llegaron al acuerdo de que se verían nuevamente en los días posteriores a la fiesta, intercambiaron sus números de teléfono para poder seguir comunicados y luego de eso cada quién fue a su casa para poder descansar al menos un par de horas.
Y aunque hubiera parecido una simple coincidencia de que se llevaron bien al instante, uno de ellos había quedado totalmente ‘’flechado’’ por el contrario, por lo que se le hizo muy difícil poder conciliar el sueño esa noche ya que en su mente no se dejaban de reproducir en forma de bucle todos los recuerdos que habían quedado guardados de esas horas en las que estuvieron juntos. Al día siguiente ambos despertaron ya siendo mediodía, no fue sorpresa para ninguno de ellos, pero mientras Crystal recordaba con una sonrisa la noche anterior, Daniel miraba atentamente su teléfono, dudando en si enviarle un mensaje a la chica que estaba alterando todos sus sentidos o si esperaba un par de días más para así quizá no parecer tan desesperado, finalmente, luego de haber estado dudando por varios minutos, comenzó a escribirle un mensaje.
Sin que hubiera pasado demasiado tiempo, ella ya tenía una notificación en su teléfono, siendo esta un mensaje que aguardaba por una respuesta. Y estaríamos mintiendo si dijéramos que él no se encontraba ansioso por que su mensaje fuera respondido y ella mucho más ansiosa al no saber qué hacer, solo podía mirar la pantalla de su teléfono y leer y releer aquella notificación una y otra vez, sin que ninguna palabra se apareciera en su mente para al menos no tener que dejarlo en visto y no parecer interesada, porque si somos totalmente sinceros, estaba mucho más interesada de lo que ella había supuesto.
Finalmente le contestó un par de horas después, pensando en que si le hubiera contestado antes, posiblemente se habría visto muy desesperada por la atención del chico así que aunque fue una tortura, esperó un poco para luego continuar con su rutina del día a día. Unos minutos después su teléfono volvió a sonar, alertándola de que había recibido un nuevo mensaje, se apresuró a ver este para saber si era el que ella deseaba, emocionándose cuando notó que si lo era, contestándole a los segundos e iniciando una nueva conversación. Pocos minutos después ya habían organizado cuando sería el siguiente encuentro, quedando en que lo harían luego de que ambos hubieran terminado sus actividades diarias.
Pocos meses después los más cercanos a ellos ya sospechaban que no eran solamente amigos ya que afirmaban sentir la conexión que tenían y aunque lo negaran y supieran disimular ante otros, había personas que los conocían demasiado bien como para creerse las mentiras que ellos les decían para tapar el inicio de su pequeño romance. Aunque lo que nadie esperaba era qué al poco tiempo de que ambos hubieran iniciado su relación, comenzaran a recibir mensajes extraños que sonaban demasiado a amenazas, Crystal comenzó a tener miedo en el momento en que comenzó a recibir mensajes los cuales le hacían saber que estaba siendo observada.
Todo el tiempo trataban de convencerse de que solo debían ser personas que les estaban haciendo pasar un mal momento a modo de broma, pero una de muy mal gusto. Pero cuando notaron que las semanas de acoso se volvían meses, ambos comenzaron a sentirse asustados y Crystal estaba comenzando a llegar a su límite, había comenzado a sufrir ataques de pánico debido al miedo que le generaba toda la situación y con el paso de los días sus recaídas eran más frecuentes, se preguntaba a diario si acaso estaba mal que ella se sintiera amada, si merecía estar pasando por todo esto, y algo que le hacía sentir peor es que aunque ella no quería, le habían dado poco más de una semana para separarse de Daniel si no quería que cosas peores de las que ya estaba sufriendo le sucedieran a ella y a su entorno. Sin ver otra solución, tuvo que terminar su relación, rompiendo el corazón de la persona que más amaba y sin que este supiera que había sido amenazada para hacerlo. Ambos entraron en un oscuro pozo donde sus sentimientos estaban siendo aplastados por el odio y la envidia de otras personas del cuál era muy difícil que llegaran a salir y se recuperaran al máximo. Ya ahora todo el pueblo sabía del romance que habían tenido y las amenazas se habían frenado, hasta el día en el que Daniel recibió la noticia que le daría el golpe más fuerte que alguna vez había podido sentir. Crystal estaba desaparecida hacía ya una semana, no tenían ningún tipo de rastro de ella y la policía tampoco se esmeraba mucho en ayudar. Al instante de saberlo, Daniel se ofreció a ayudar de cualquier forma, porque a pesar de que ya no tenía relación alguna con ella, aún era quién le había dado el amor que siempre había soñado con sentir hacia alguien.
Desde que la noticia había salido a la luz, la investigación no se había detenido en ningún momento, hasta que esta finalmente tuvo su fruto, la policía le informó a la familia de Crystal que posiblemente habían encontrado una de las prendas con las que ellos describieron a la chica el último día en la que la habían visto. Lastimosamente la prenda coincidía con la que ella había tenido puesta, podía ser solo una coincidencia pero las pruebas de A.D.N. confirmaban que si le pertenecía a ella. Semanas después de que se hubiera encontrado su ropa, encontraron su cuerpo sin vida, semidesnudo y ya en estado de putrefacción, los vecinos ya habían reportado el olor nauseabundo que rondaba en el lugar por lo que con ciertas sospechas se encargaron de ir a revisar, encontrándose con la esperada desgracia.
Daniel y la familia de Crystal estaban inconsolables, las lágrimas caían una detrás de otra por sus rostros, algunos ni notaban que estaban llorando debido al shock que todavía estaban pasando, la situación claramente llamó la atención de el resto de los vecinos del pueblo, comenzando así a surgir nuevos chismes, todos falsos claramente. Pero Daniel aún no lo entendía ¿por qué alguien como ella tuvo que sufrir eso? ¿Habría sido por su culpa? ¿Fue por esto que ella había querido darle fin a su relación?
Todos esos pensamientos le carcomían la cabeza, haciendo que a cada segundo se culpara de lo sucedido a pesar de que todos le afirmaban una y otra vez que no lo era, pero él seguía insistiendo en que sí. Poco a poco y con el pasar de los días, Daniel comenzó a caer en una profunda depresión, el pensar que había perdido a la persona que más había amado en su vida, solo le quedaban los recuerdos que había formado con ella. Muy pocas veces se lo volvió a ver salir de su casa, la depresión lo estaba consumiendo y parecía que nada podía salvarlo y menos siendo que él mismo no se dejaba ayudar.
Cuando sus amistades quedaron en pasar a su casa a saludarle, no pudieron sentir más que pena por él, desde que Crystal había sido encontrada muerta él no había mejorado ni siquiera un poco. Ellos entendían la situación pero tampoco iban a permitir que su amigo siguiera estando así, día a día estaba más deteriorado y desarreglado, desde ese día, nada había quedado igual a como antes lo era.
Los momentos que pasaba con sus amigos le ayudaban a distraerse un rato de todo lo que sucedía, pero cuando volvía a estar sólo las recaídas volvían a aparecer , siendo estas una gran destrucción del mundo que conocía, volviendo a hundirse entre lágrimas y de vez en cuando, alcohol.
Finalmente, la preocupación volvió a aparecer el día en el que ya no encontraron a Daniel y para días después encontrar su cadáver en el baño de su casa, con una navaja manchada en sangre en su mano derecha y su muñeca izquierda bañada igualmente de sangre, muchas volvieron a quedar en shock por la situación, otros comenzaron a decir que por fin había vuelto a reunirse con su amada, recorriendo pacíficamente las calles del pueblo y quedándose en los lugares en los que acostumbraban verse.
Ahora las calles eran custodiadas por los amantes de pueblo, quiénes no permitirían que algo como lo que les había sucedido volviera a suceder, no permitirían que nadie más volviera a sentirse presionado, no permitirían que un amor como el de ellos se aruinara.
Sofía Marconi
EL PATIO DE LA ABUELA
Los patios han sido testigos por años de la historia familiar pueblerina. Cuántos de ellos albergan historias de generaciones enteras y mi querido Ucacha lo tiene a él, el patio de mi abuela.
En ese grande y hermoso patio transcurrió gran parte de mi humilde, pero feliz infancia. Lo recuerdo todavía con esos aromas y colores como si ella siguiera ahí, cobijándolo con sus grandes manos.
El limonero en una esquina, seguido de los naranjos y mandarinos, que cubrían con su sombra gran parte de tierra para pasar el caluroso verano. Sentados allí abajo en banquitos improvisados con baldes, nacieron las mejores historias de amor, picardías y viajes, que aún recuerda mi memoria.
Nunca faltaban las plantas medicinales que todo lo curaban. Té de laurel con azúcar quemada para la tos, té de orégano para el dolor de panza y aloe vera para las raspaduras.
La soga para tender la ropa, improvisada con un alambre que cruzaba de este a oeste. Y en el centro, el colchón de margaritas perfumando todo con su aroma, se entremezclaban con los blancos cabellos de mi abuela.
Allí se sentaba Doña Emilia y había magia, toda junta, en el mismo lugar. Mi abuela era una mujer simple, de corazón gigante y con una sonrisa perfecta. Siempre con una calma, de esas que ya no quedan. El patio de mi abuela era mi refugio.
Ese patio fue testigo de grandes recuerdos familiares. Vio crecer a nueve nietos y dos bisnietos. Fue centro de reunión durante muchas Navidades, donde la abuela agasajaba a sus invitados con ravioles caseros, hechos con acelga cosechada en él.
Allí me enseñó a cultivar plantas y en sus latitas de café vacías armaba mis propios plantines que luego salía a vender por el barrio.
Allí nos sentábamos a compartir largas horas de charlas con su mate enlozado blanco con flores. Cuántos patios habrá en el pueblo como el de mi querida abuela, contando anécdotas de generación en generación. Cuántos abuelos estarán en este momento disfrutando de ver jugar a sus hijos y nietos en el césped. Cuántas familias guardaran secretos y risas en sus verdes jardines.
En mi memoria queda la mirada repleta de amor y dulzura con la que mi abuela contemplaba su patio y nos veía a nosotros, esas miradas que hoy, un poquito, se perdieron. Quizás porque el ritmo de vida nos lleva a andar tan de prisa que nos olvidamos de lo importante, de mirar con amor, de disfrutar en el patio un mate calentito con la abuela, de sentarse un ratito a escuchar las palabras del otro.
Evangelina Ferrero
Segundo Concurso de Relatos y Cuentos Cortos
Tema: “El Pueblo”
El Centro Educativo “Comandante de Marina Martín Guerrico” y la Cooperativa Escolar “Unidos Triunfaremos” convocan a participar del 2° Concurso de Relatos y Cuentos Cortos. El mismo tendrá como tema: “El Pueblo” y está dirigido al público en general.
El plazo de recepción de los trabajos vence el 21 de octubre de 2022
Este concurso pretende que los escritores desarrollen una idea, usen su imaginación y la expresen en una narración, que sean originales y que lo disfruten.
Bases del Concurso
Tema:
El tema del 2° concurso de Relatos y Cuentos Cortos es “El pueblo” y el único límite está librado, solamente, a la creatividad del participante.
Participantes:
Pueden participar todas las personas que lo deseen, cualquiera sea su nacionalidad y edad.
Categorías:
· Categoría Lápiz Rojo: alumnos de Enseñanza Inicial (Jardín de Infantes)
· Categoría Lápiz Azul: Alumnos de Primer Ciclo de la Escuela Primaria
· Categoría Lápiz Amarillo: Alumnos de Segundo Ciclo de la Escuela Primaria
· Categoría Lápiz Verde: Alumnos de la Escuela Secundaria.
· Categoría Lápiz Naranja: Mayores de 18 años
Trabajos:
Los trabajos deberán ser originales e inéditos, no publicados en ningún tipo de formato ni total, ni parcialmente (incluido internet), no premiado o pendiente de fallo en otros concursos o a la espera de respuesta en un proceso editorial.
Sólo se aceptarán trabajos enmarcados en la temática propuesta.
Lugar y plazo de presentación de los trabajos:
El plazo de presentación de las obras se cerrará el viernes 21 de Octubre de 2022. Después de esa fecha ningún trabajo será aceptado.
Los trabajos deberán ser entregados en el establecimiento educativo Cdte. de Marina Martín Guerrico, de lunes a viernes de 8.00 a 17.30 hs.
Requisito para la presentación de los trabajos:
Deberá presentarse:
- Dos (2) copias del trabajo. El mismo tendrá una extensión máxima de cinco (5) carillas y podrá acompañarse con dibujos o ilustraciones si se desea. Debe estar firmado con un seudónimo.
- Los datos del autor en sobre separado con el seudónimo elegido. Dentro del mismo se agregarán los siguientes datos: título del cuento, nombre y apellido del/de la autor/a, fecha de nacimiento, N° de D.N.I., domicilio y teléfono.
En un sobre papel madera, tamaño A4 colocar el cuento y el sobre con los datos. No olvidarse de dibujar en cada uno de los sobres un lápiz con el color de la categoría correspondiente.
Ganador:
Un jurado realizará la elección de un cuento por categoría. El resultado se dará a conocer el 04/11/2022.